Una tarde especial en Madrid sin preocuparte por el coche

Pasar una tarde en el centro de Madrid puede ser una experiencia muy especial, siempre y cuando no nos encontremos al final con una tarifa exagerada en el parking del coche. Por eso, el primer paso para que todo salga bien es buscar un Parking low cost en el centro Madrid para poder disfrutar de la tarde sin pensar en las horas que llevamos acumuladas en el parking.

Son muchos los planes que se pueden hacer en Madrid. Puedes aprovechar para ir de compras, disfrutando de las tiendas típicas en la Gran Vía o en las zonas cercanas. Tienes grandes almacenes, tiendas para comprar ropa barata y también grandes librerías. Tú decides en qué quieres invertir tu tiempo y también tu dinero. Solo con esto ya puedes pasar muchas horas y llenar toda la tarde si así lo deseas, realizando una pausa para disfrutar de una buena merienda, por ejemplo, un típico chocolate con churros o con porras.

Pero muchas personas prefieren diversificar cuando vienen a pasar una tarde noche a Madrid y apuran el tiempo al máximo. Las primeras horas de la tarde las pasan haciendo compras, cuando hay poca gente todavía en los comercios y no se sufren las aglomeraciones. Tras una parada para dejar toda la compra en el coche y disfrutar de un tentempié, llega la hora de acudir a uno de los teatros de la Gran Vía para ver un musical o una obra de teatro. La oferta siempre es amplia y no solo en esta calle, sino en muchas de los alrededores. Podrás elegir entre musicales, teatro, pero también otras alternativas como son los monólogos de famosos cómicos.

Tras el espectáculo, toca cenar en algún local cercano en el que poder tomar algo ya sea en terrazas o en el interior de locales. Las ofertas son muchas y muy variadas, sobre todo si no te importa caminar un poco para ir a alguna de las zonas de moda a saborear los fogones de algún local que es tendencia. Al acabar, podrás volver al coche con calma porque sabrás que vas a pagar un precio módico por la estancia y regresarás cómodamente a casa, con algo de cansancio, pero con las pilas cargadas tras un estupendo día en el que puedes haber hecho muchas cosas diferentes. Y con recambios para tu armario, tu librería o tu colección de discos, esperando en el maletero.