Las terrazas en invierno

Era el primer día de invierno y Emilia estaba decidida a aprovecharlo al máximo. Había oído hablar de gente que disfrutaba de la vida al aire libre durante los meses fríos, incluso con temperaturas bajo cero, pero nunca lo había intentado ella misma. Decidió dar un salto de fe e intentarlo, ¡empezando por su terraza! 

Emilia fue a comprar muebles que pudieran resistir el frío: sillas de aluminio para terraza, fundas de tejidos impermeables y algunos braseros. También compró luces resistentes a la lluvia para poder disfrutar de las cenas en su terraza mucho después del anochecer. Sus amigos pensaron que estaba loca, pero, a pesar de todo, apoyaron su idea.

Cuando todo llegó a casa de Emilia, ésta empezó a colocar los muebles en su terraza teniendo mucho cuidado de no dañar las plantas ni las paredes cercanas. Cuando todas las piezas estuvieron colocadas tal y como las había imaginado, Emilia encendió uno de los braseros y sirvió chocolates calientes para todos los comensales (¡entre los que había tanto familiares como amigos!). A todo el mundo le encantó poder estar al aire libre a pesar de que las temperaturas habían bajado mucho más de lo habitual en esta época; aparte de sentirse acogedor gracias a las mantas que proporcionó a cada invitado, ¡había algo especial en sentarse al aire libre bajo un cielo estrellado que ninguna cena de interior podría superar! 

Emilia se sintió realmente orgullosa de sí misma al comprobar el éxito que puede tener la vida al aire libre durante el invierno, ¡si se cuenta con la preparación y dedicación suficientes! A partir de entonces, cada vez que alguien preguntaba qué actividades suele hacer la gente en el interior durante los días fríos, ya sabían dónde debían mirar primero: pregunten a Emilia.