Un viaje al secreto de Europa 

A pesar de que me gusta mucho viajar, me entra una extraña sensación cuando busco el próximo destino, como si no quedara ya nada que me despertarse interés. Sé que es un poco absurdo porque hay miles de sitios que no conozco, pero siempre espero que me entre una suerte de pálpito a la hora de elegir destino, casi como si él me eligiera a mí. 

Por eso puedo pasar varias semanas mirando el mapa y revisando blogs y revistas hasta que se me enciende la luz. Y durante ese tiempo estoy como ofuscado, porque además en este caso la luz ha tardado en encenderse, pero por fin he decidido: será Albania. 

Albania es un país muy singular, que ha pasado oculto durante mucho tiempo, sin estar dentro de las rutas turísticas habituales Y eso es quizás lo que más me atrae de un destino así: que todavía no esté lleno de turistas como Italia o Francia. Y es que yo suelo viajar solo y me gusta prepararlo todo al milímetro. Y cuánto menos popular es el destino más me motiva conocerlo y prepararlo.

Pero la primera parte del viaje empieza en casa, reservando Parking low cost aeropuerto Barcelona. Es un clásico para mí. Como vivo lejos del aeropuerto, me gusta ir en coche. Es un trayecto casi legendario, con mi maleta y mis libros, rumbo a lo desconocido. Como la mayoría de los vuelos son muy temprano recorro el trayecto de una hora sin prisa en carreteras que, a esas horas, no suelen tener mucho tráfico.

Me gusta dejar el coche en un Parking low cost aeropuerto Barcelona, no solo porque me resulta más cómodo por el traslado, sino que me siento más tranquilo sabiendo que tengo mi coche aparcado cerca del aeropuerto. Siempre suele llegar baldado de estos viajes y lo que menos me apetece al llegar es coger un autobús repleto de gente. Prefiero ir a mi aire en mi coche, generalmente recordando todas esas experiencias que me llevo del viaje, que seguro que también serán muchas cuando regrese de Albania.