Magdalenas caseras, el placer de lo nuestro

¿Eres de magdalenas o de muffins? Las magdalenas de toda la vida son realmente la base para el muffin que solo necesita de un poco de decoración para cambiar de nombre. Por eso, la receta de las magdalenas de siempre continúa siendo la favorita de la mayoría de los hogares. Y es la que vamos a transmitir porque además es muy fácil de hacer y gusta a casi todos los miembros de la casa.

Los ingredientes son muy básicos: necesitas tres huevos camperos, 200 gramos de harina que puede ser de repostería, pero no es imprescindible, 125 gramos de azúcar, 50 ml de leche central lechera asturiana que puede ser sin lactosa si es necesario, 100 ml de aceite (girasol si quieres un sabor suave y oliva si prefieres ese gusto tan personal) y una cucharadita de levadura. También debes de añadir una pizca de sal y precisarás de los moldes para hacer las magdalenas, sean de silicona o cápsulas de papel.

La elaboración es muy sencilla. Se vierten todos los ingredientes en un bol y se baten hasta que queda una mezcla espumosa. En el caso de que se use harina que no es de repostería, se mezclan todos los ingredientes menos la harina, la sal y la levadura que se añaden al final tamizando con un colador y se mezcla.

El truco para que las magdalenas salgan esponjosas y perfectas y que algunos no conocen es meter esta mezcla en la nevera y dejarla allí unos quince minutos para que enfríe. Mientras, puedes preparar las cápsulas y precalentar el horno a 200 grados.

Pasado este tiempo se quita la mezcla de la nevera y se bate de nuevo. Se vierte una cantidad de masa en cada cápsula. No debe de ir hasta el borde porque las magdalenas suben mucho y si nos pasamos se acabará cayendo. Lo mejor es usar solo las tres cuartas partes. Y se mete al horno aproximadamente un cuarto de hora. Es fácil ver si están listas porque subirán y tendrán un bonito color dorado.

Si te gusta que las magdalenas lleven una costra de azúcar por encima, pon un poquito de azúcar sobre la masa antes de introducirlas en el horno. Así, tendrás ese pedacito de costra tan rico y tan característico de este dulce. Por supuesto, también puedes añadir a la mezcla agua de azahar, raspa de limón o aroma de vainilla para conseguir magdalenas personalizadas.