¿Dónde aparcar en Atocha?

La estación de Atocha es un punto de mucha concurrencia de gente. Allí se toman muchos de los trenes de cercanía y de media distancia e incluso se une con la estación de larga distancia. Por tanto, el tránsito de viajeros es constante.

Muchas de las personas que acuden a tomar un tren llegan a la estación en sus vehículos particulares y es un auténtico problema aparcar en atocha porque la mayoría de las calles de los alrededores son zona azul o están, simplemente, a tope de coches. Además, dejar el vehículo en la calle cuando se va a estar fuera varios días o toda la jornada tal vez no sea lo más adecuado.

Por suerte, en los alrededores de Atocha existen diferentes parkings de bajo costo que dan respuesta a la necesidad de estos viajeros y que se han convertido en la mejor alternativa para poder disfrutar de un aparcamiento seguro y a buen precio.

Algunos de estos parkings funcionan como un parking convencional. Se llega con el coche, se saca la tarjeta y se recoge cuando se vuelve a abonar el precio marcado, que puede ser por horas o por días. Incluso hay parkings que permiten abonos para personas que viajan a diario para trabajar y que de esta manera pueden dejar su vehículo sin problemas.

El principal inconveniente de estos parkings es que hay que cargar con la maleta a pie hasta la estación y aunque esta quede cerca, puede ser un quebradero de cabeza. Por eso, son una buena opción cuando se hace un desplazamiento del día o de un fin de semana, pero no cuando se viaja con una o con varias maletas de gran tamaño.

Existen parkings low cost que funcionan de una manera diferente. El cliente llega con su vehículo y contrata de antemano los días que va a dejar su coche, recibiendo una oferta personalizada en función de los días. El personal del parking ofrece un viaje de cortesía llevando al viajero hasta la estación para que no tenga que caminar el trecho que los separa.

Cuando el viajero vuelve, se le recoge nuevamente en la estación y se le lleva a las instalaciones en dónde puede volver a subir en su vehículo. Esto le permite viajar con total tranquilidad y tan cómodamente como si fuera en un taxi, al quedar en la puerta. Pero sin depender de horarios y por precios muy competitivos.