No es lo mismo la acúmulos grasos aunque hayan personas que puedan considerar que sí. Pues bien a continuación vamos a ver en qué se diferencian unos y otros.

Por un lado la celulitis es una inflamación del tejido subcutáneo y el tejido adiposo. La celulitis es un problema que se da casi exclusivamente en las mujeres. Se caracteriza por presentar una capa de grasa más superficial de la que tenemos en contacto con la dermis. Está asociada a la presencia de estrógenos.

La celulitis da a la piel un aspecto similar al que tiene la piel de naranja. No se ha podido demostrar pero todo apunta a que comienza como una afectación de la microcirculación de la zona y poco a poco se acaba por cronificar.

 

Dentro de la celulitis encontramos diferentes fases. La fase de edema, la fase exudativa, la fase de fibrosis y la fase de esclerosis. Esta última fase es la más delicada y se caracteriza porque la celulitis puede llegar a comprimir terminaciones nerviosas y dañar el nervio.

 

En el caso de la celulitis el tratamiento dependerá del estado en el que se encuentre la misma. Así pues se estudiará el caso concreto en función de su estadio evolutivo y del tipo de celulitis.

 

Por lo que respecta a los acúmulos grasos decir que se caracteriza por la presencia de mayor cantidad de tejido graso profundo en una determinada zona del cuerpo. Se produce por la hipertrofia y la hiperplasia de los adipocitos que aumentan en número y en carga lipídica.

Es muy habitual encontrar a personas que tengan un problema en el que esté presente la celulitis en la grasa superficial y la lipodistrofia en los planos profundos.

 

En cuanto al tratamiento clásico que se debe seguir para tratar la lipodistrofia corporal decir que el más común es la liposucción. Eso sí hay que tener en cuenta que una liposucción no elimina la piel de naranja. En la actualidad para tratar este tipo de problemas se recurre al uso de herramientas complementarias como los ultrasonidos, la vibrolipoescultura o la lipoescultura asistida.