3 comidas típicas de verano en Galicia

En verano hay muchas comidas deliciosas que se pueden disfrutar en Galicia. Pero si vas a comer en la playa o en un chiringuito, estas son las que te pueden resultar más satisfactorias y, seguramente, de las más demandadas porque gustan a prácticamente todo el mundo y sirven para que coma toda la familia. ¿Con cuál te quedas para este verano?

  1. Churrasco y vino espadeiro condes de albarei. El churrasco es la comida estrella del verano en los puestos de verano. Incluso para llevar y preparar uno mismo en barbacoas habilitadas en lugares en los que es seguro hacer fuego. Se puede preparar tanto de cerdo como de ternera y se acompaña con chorizo rojo, chorizo criollo y en ocasiones con tiras de tocino finas y muy tostadas en la brasa. Con el vino y la ensalada son una comida de lo más deliciosa. Puede acompañarse con patata.
  2. Sardinas asadas y cachelos. Otra comida de lo más tradicional ya que las sardinas son muy habituales en cualquier mercado gallego. Los cachelos son patatas nuevas bien lavadas que se cuecen sin pelar, cortadas al medio. Este plato se ofrece en prácticamente todos los chiringuitos de la costa para comer o para cenar y pueden verse las sardinas en enormes parrillas colocadas sobre las brasas. Es tradicional comerlas en San Juan, que es cuando se supone que están en su punto, pero se pueden saborear durante todo el verano. También se pueden hacer a la brasa otros pescados como el jurel, pero es más fácil encontrar las sardinas.
  3. Empanada y tinto de verano. Es el entrante más socorrido para cualquier comida de campo pero también supone la mejor merienda. La empanada puede ser incluso una comida muy completa y es que hoy se hacen prácticamente con cualquier relleno. Cada lugar tiene sus empanadas típicas y las hay incluso aptas para celíacos o para veganos. En muchos lugares son tradicionales las empanadas gramadas con aceite, en otros se hacen con masa de pan sin gramar e incluso hay variedades elaboradas con harina de maíz y sin tapa, como si se tratar de una pizza rústica. Pueden comprarse enteras o por porciones, por lo que cada persona puede llevar el relleno que más le guste y sentarse a compartir una deliciosa merienda en el campo tras haber ido a la playa o bañarse en el río.