Recuperando el proyecto 

Hace diez años arranqué un proyecto personal que tenía por objetivo disfrutar de mi afición por la artesanía. En un principio no tenía aspiraciones emprendedoras, ya que ya tenía un trabajo. Es decir, no buscaba rentabilidad, sino sacar a la luz mi afición. Y fue así como empecé a diseñar complementos y bisutería, especializándome en pendientes, cadenas y pulseras.

Desde niña me habían gustado mucho las manualidades y se me daba bastante bien. Pero los estudios me llevaron por otros derroteros totalmente diferentes. Pero una vez que consolidé mi trayectoria laboral, volví a notar que me faltaba algo, como si aquella afición hubiese quedado injustamente olvidada. Y eso fue lo que me llevó a la artesanía de nuevo.

Y cuando expuse por primera vez mis creaciones en una feria especializada en artesanía me encontré con que lo que hacía gustaba mucho. Recibí bastantes mensajes preguntándome sobre pendientes vigo y la forma de conseguirlos por internet. Todo aquello me causó una considerable sorpresa y no estaba preparada. ¿Cómo me iba a poner a vender pendientes y pulseras por internet si no tenía ni idea de comercio electrónico?

Y además estaba la cuestión del tiempo. Aunque mi trabajo tiene un horario bastante bueno, no dejan de ser 35 horas semanales que me tienen ocupada, así que no veía manera de dedicarle al proyecto el tiempo necesario para que fuera más serio. Pero como me picaba tanto el gusanillo y me habían animado tanto pidiéndome más pendientes Vigo como los que había presentado en aquella feria, empecé a sacar tiempo de aquí y de allá para que el proyecto fuera un poco más serio.

Pero, para empezar, necesitaba una web. Por suerte, mi hermano es especialista en esos temas ya que trabaja en el sector y le encantó poderme ayudar y poner en internet una web para poder subir mis creaciones. Y, además, me recomendó un gestor web para que me ayudara con todo lo relacionado con las ventas que empezaron a llegar convirtiendo el proyecto en algo un poco más serio y que, al menos, me dejaba en paz conmigo misma por haber recuperado mi afición.