¿Estás pagando mucho por tus llamadas desde el móvil?

El teléfono móvil se ha convertido en algo imprescindible en nuestras vidas, tanto que en muchas casas el teléfono fijo prácticamente no se usa. Las tarifas planas han contribuido mucho a la popularización de estos teléfonos, pero, desde luego, no todas las tarifas planas son iguales.

Cuando se contrata exclusivamente una línea de teléfono la mayoría de las compañías ofrecen tarifas planas para hablar, pero cobrando siempre el establecimiento de llamada. En ocasiones, este es tan caro que a fin de mes la factura acaba siendo muy abultada, ya que la mayoría de las veces usamos el teléfono para dar recados cortos y no para mantener largas conversaciones.

Las tarifas planas que salen a cuenta son las que son planas de verdad, es decir, aquella que te hacen pagar una cantidad fija al mes y que no varía independientemente de cuántas llamadas se realicen. Pero, normalmente, son ofertas adsl movil, es decir, están vinculadas a la contratación de un servicio de Internet en el hogar.

Internet en el hogar es cada vez más una necesidad, sobre todo ahora que algunas empresas han comenzado a ofrecer servicios de televisión de pago muy atractivos, los cuales se ofrecen exclusivamente por este método. Las televisiones inteligentes suelen incorporar apps para poder ver estos canales y, por supuesto, necesitan conexión a Internet.

Por todo esto, lo más inteligente es contratar un paquete en el que se incluya el ADSL del hogar y también el teléfono móvil. Normalmente, al contratar todo junto los precios son mucho más económicos que al hacerlo por separado, sobre todo durante las promociones.

Por eso, no solo debemos de saber el precio de la promoción, sino que antes de tomar una decisión debemos de conocer también tres factores importantes: cuánto dura la promoción, el precio después de la promoción y la permanencia.

Lo más interesante es tratar de conseguir una promoción que dure todo el periodo de permanencia. De esta manera, una vez que se acabe, podemos negociar la continuación con una nueva oferta o, por el contrario, irnos a otra compañía que nos ofrezca otra promoción.  Los precios sin oferta suelen ser muy caros y si hacemos cuenta de lo que pagaremos al cabo de un año nos damos cuenta que las ofertas de tres meses o de cuatro meses pero con permanencia de doce, raramente salen a cuenta para el consumidor.