Mimando el local 

Cuando hablé con mis allegados de que iba a poner una hamburguesería gourmet fruncieron un poco el ceño: ¿Otra más?, pensaron. Y no les faltaba razón porque hace ya tiempo que abundan esta clase de negocios. Se trata de elevar la categoría de la clásica comida rápida americana a algo más elaborado y de calidad. Hoy en día podemos encontrar hamburguesas ‘gourmet’ hasta en restaurantes con estrella Michelín, así que es una fórmula plenamente establecida y decidí apostar por ella sabiendo que debía aportar algo diferente para llamar la atención.

Cuando un par de años después de abrir logré recibir un premio en uno de los primeros concursos de hamburgueserías a nivel nacional, todos me dieron la razón, aquellos que más dudaban, también. Y llegados a este punto se me abrían dos posibilidades: abrir algún local más o mejorar el primero. Y me decidí por la segunda opción empezando por encargar toldos a medida en Nigrán.

¿Por qué no abrir otro local como han hecho otros compañeros con propuestas exitosas en el campo de la restauración? Me parece demasiado arriesgado en este contexto. Hay demasiada euforia en el sector tras la recuperación, pero yo no me fío, así que prefiero mejorar lo que ya tengo que lanzarme una vez más a la piscina. Y mi local todavía puede mejorar mucho más. Porque, aunque lo más importante de un restaurante sea la comida, no hay que olvidar el resto de elementos, como el propio espacio.

A la hora de abrir el local preferí algo sobrio: quería poner todo el énfasis en la comida, pero eso me llevó a descuidar algunas facetas como la propia terraza. No confíe mucho en ella y me equivoqué ya que cada vez más clientes me pedían comer en la terraza que no estaba bien preparada. Por eso me he apresurado a pedir toldos a medida en Nigrán, ya que era algo que hasta algún cliente de confianza me pidió: “oye, te falta un toldo en esa terraza”. Así es que he dedicado los últimos meses a mejorar el local que ahora ya tiene una mayor personalidad y cuadra mejor con la propuesta gastronómica.