¿Por qué se bautiza a los barcos con champagne?

Seguro que más de una vez has visto cómo se realiza la botadura inaugural de un barco y este se bautiza estrellando una botella de champagne contra el casco del mismo. Pero, ¿de dónde viene esta tradición?

Desde tiempos muy antiguos la botadura de un barco era algo a lo que se le daba importancia. Los griegos o los egipcios tenían rituales para darles suerte a esos barcos, que solían emplearse para el comercio, la guerra o para llevar a gentes a fundar colonias en puntos alejados. Estos rituales solían invocar a los dioses para que acompañaran a las gentes en las trayectorias y los barcos llegaran a su lugar de destino sin problemas o tuvieran éxito en la guerra.

Con el paso del tiempo, estos rituales se fueron sustituyendo por otros más modernos, como la bendición del barco o que alguien importante, incluso miembros de la monarquía cuando se trataba de barcos principales, dieran un discurso. Este discurso podía acabar con un brindis. Se cree que fue por primera vez a finales del siglo XVIII cuando en EEUU se rompió una botella contra un barco para celebrar su botadura. Fue un acto espontáneo del capitán que daba el discurso inaugural y la botella era de vino. Pero esto tuvo un gran éxito y pese a que no había redes sociales, se puso de moda el hacerlo. Cada uno elegía el tipo de botella, fuera de vino o licor. Se dice que el lanzar la botella contra el casco era una manera simbólica de asegurar que este era fuerte y resistente. 

Lo tradicional era que quién ejercía de padrino o de madrina del barco cogiera la botella por el cuello y golpeara con fuerza el casco del barco partiendo así el cristal. Pero el problema vino cuando se trataba de una madrina o de un niño y no tenían fuerza suficiente para partir el cristal. Se optó entonces por atar la botella a una cinta para que se pudiera coger impulso.

Durante el siglo XIX el champange se puso de moda entre las clases altas y se convirtió en sinónimo de lujo y de glamour. Fue entonces cuando se optó por esta bebida para la inauguración de los barcos y esta costumbre quedó establecida hasta nuestros días, aunque siempre hay excepciones y no es infrecuente que se utilicen botellas de bebidas típicas de otros lugares.