La obesidad y el sobrepeso se han instalado en la sociedad española como una consecuencia directa del sedentarismo y la mala alimentación. La estadística es clara: uno de cada cinco adultos muestra un peso superior al saludable. No sorprende que adelgazar sea uno de los propósitos de Año Nuevo más recurrentes, pero al confeccionar una dieta light, muchos se equivocan al excluir el queso de untar, juzgando que todos los derivados lácteos son contraproducentes.

Son muchos los quesos y cremas para untar que se comercializan como «bajos en grasas». Un ejemplo es el ricotta o requesón. Su riqueza en proteínas, calcio o vitamina A contrasta con su aporte mínimo de calorías y de sodio en comparación con otros productos queseros. Es un bocado apetitoso que, como parte de una dieta sana y equilibrada, contribuye a reducir los valores de la báscula.

Para los nutricionistas, el queso quark o Weißkäse es una apuesta segura para controlar el peso. Gracias a su escasez de grasas y lactosa, presenta un contenido calórico inferior a lo normal. Ofrece una textura cremosa apta para untar, siendo considerado un sustituto del yogur natural.

Oriundo de México, el queso panela presume de ser una de las elaboraciones queseras con menor cantidad de grasas. Su capacidad para absorber el sabor de otros ingredientes permiten combinarlo a discreción. Otra de sus características es el ablandamiento con el calor, sin fundirse.

El queso crema, por su parte, es otra opción recomendada para adelgazar sin sacrificios, es decir, sin renunciar al buen sabor en las comidas. Este producto se distingue por su textura cremosa, y aunque tiene fama de calórico, en las dosis adecuadas permite beneficiarse de sus mil y una propiedades nutricionales: carbohidratos, proteínas, fósforo, vitaminas A y B2 y por supuesto, calcio. Otros quesos untables que son compatibles con dietas para adelgazar son el cottage y el feta.